Caducifolia
Esta hoja en que mora nuestro caracol depositario de valores sin cuento o de cuentos sin valor se hizo caduca para perecer cuando agosta el calor su lozanía o cuando pauta el Otoño su fuga.
La unge de su jugo sabio, suavemente la recorre leyendo sus nervaduras, los caminos de savia sin espinas y a eso lo llama leer en vivo, sin premura pero a sabiendas de que en cualquier minuto llegará el finiquito de su sostén.
No era esta mañana la del alba rosa extenuando frescura. Lo celebra en una doble espiral alzando carcasa sobre pie hasta tocar la perinola con un largo ojo a modo de catalejo aplicado a lo cercano de su miope utopía.

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